Latinoamericano

Cuando terminé de servir el plato en casa me di cuenta que era un plato con inspiración latinoamericana. Dos productos que fueron y son la base de alimentación te tantas generaciones y antepasados. Maíz (choclo) y papa.
La combinación es perfecta sobre todo al sumarle pescado. Les puedo asegurar que este trío es sumamente exitoso.

Empecemos de los más simple a lo más (aunque poco) complejo:
Choclo: hervido en agua hasta que estuvo tierno
Pescado: comprado (de paquete o pescadería) filete de merluza.
Papas: son lo típicos papines, medianos, no tan chiquitos. Son muy ricos porque tienen un sabor más concentrado que la papa común y, a su vez, son más cremosos.
Herví los papines en agua con sal hasta que, al pincharlos con un tenedor, salían pero haciendo una leve sacudida. La idea es que no estén muuuy cocidos porque si no, se hace puré.
Los corté a la mitad y dejé descansando en la fuente.
Al mismo tiempo salté 2 ajíes amarillos, son suaves y un poco dulzones. Cuando estuvieron tiernos los procesé con queso blanco, curry y mostaza de dijon.
Cubrí los papines con la salsita y dejé que tomen temperatura ambiente hasta la hora de la cena. Es un plato que también puede ir frío de heladera, pero a mi gusto, habría que sacarlo de allí un ratito antes de comer. Así el resultado fueron unos papines a la huancaina, receta peruana preferida. Eso sí, una huancaina adaptada a mis gustos y alcance de productos.